Él la interrumpió con un beso, un abrazo, un halago, una caricia, muchas caricias y luego ya con todo, con él mismo por entero, cada pensamiento, un solo pensamiento, con todo, con todo, con todo. Cortaron el silencio con suspiros y susurros de la ropa arrojada al suelo, cortaron el silencio muy delicadamente y fueron perezosos, y fueron cuidadosos y fueron atentos y sensibles, y aunque ninguno de los dos sabía muy bien qué eran la atención y la sensibilidad, lo consiguieron porque ambos lo querían con todas sus fuerzas. Y no tenían prisa alguna, y el mundo entero dejó de existir de pronto, dejó de existir por un pequeño, corto instante y a ellos les parecía que habia transcurrido la eternidad toda, porque verdaderamente había transcurrido toda la eternidad.
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