Me acostumbro a estar con ella demasiado rápido. Apenas 30 y pico horas hemos estado juntos este fin de semana y ya se me hacen raros los días sin Esther. Los días raros. No puedo escribir mientras escucho Vetusta, está claro. Por qué, os preguntaréis. Porque cada vez que lo hago acabo escribiendo inconscientemente mutaciones de letras vetusteras, y eso no puede ser. Así que cambio a música de fondo menos inspiradora y sobre todo en otro idioma, y a teclear.
Y pienso en ella. Que no sale de mi cabeza. Que la gente me veía ilusionado y decía "pero eso es el primer mes..." o "ya se te pasará la moñez..." (vale, tal vez no con esas palabras, pero la idea es la misma). Y no es así. Al contrario. Cada momento, cada día, cada mes que paso con ella me enamora más. Es lo mejor, simplemente, y he querido dedicarle una entrada completa porque no se lo digo lo suficiente. Y porque se la merece. Se merece esto y más. Y como mi blog lo lee poca gente, pues esa mini-privacidad que tengo me impulsa a escribir.
Han sido dos días estupendos. Geniales. No busco más sinónimos porque no sirven de nada. En realidad no soy capaz de describir con palabras lo que me hace sentir, supongo. Los momentos buenos y los malos, los besos y abrazos y los piques (porque consigue picarme cuando se lo propone, a mi pesar), las conversaciones absurdas (como mis batallitas) y las profundas... no cambiaría ninguno de esos momentos por nada del mundo. Puede parecer que exagero, o que estas cosas las digo por decir, pero lo gracioso es que no es así. Yo vivo por días como estos dos últimos, y desde el momento que me subí al autobús de vuelta estoy deseando volver a verla. Nunca tengo suficiente de esta señorita.
Y nada, aquí me hallo, como siempre que escribo, a las tantas de la noche y sin sueño. Con mi pulsera nueva, que mola. Escuchando música con mis auriculares, que molan. Pensando en ella, cosa que hago bastante, pero hoy, además, me ha dado por escribir lo que pienso, y este es el resultado. Será moñas, será no apto para diabéticos, pero es lo que hay. Solo me salen elogios cuando hablo de ella, y os ha tocado aguantarme ;)
PD: quiero poder controlar el tiempo.
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