viernes, 30 de agosto de 2013

Marcas la diferencia.

Me escuchas.
Me acuestas y me despiertas con una sonrisa.
Me ayudas a mejorar como persona, como alumno y como ente social.
No sólo me ayudas, sino que haces que quiera ser mejor persona.
Haces que sienta una felicidad pura y plena, como nunca antes había sentido en mi vida.
Tu felicidad supone la mía. (Cause I don't shine if you don't shine).
Me desordenas y me calmas por las mañanas, las tardes y las noches.
Me enseñas el significado del amor y del placer (son sinónimos de tu nombre).
Tu abrazo me inmuniza frente a los pensamientos terroríficos y las pesadillas.

Eres la respuesta a todos mis "y si".

Esta entrada me ha quedado un poco egocéntrica. Pero está hecha para que quede escrita una pequeña parte de esa enorme diferencia que marcas en mi vida. Para que lo recuerdes. Y si se te olvida, puedas mirarlo aquí.

Cada persona es un mundo, ¿verdad? Pues eres la parte vital del mío. El agua. El Sol. El oxígeno. Así que, aunque no sea gran cosa, puedes decir que eres la dueña del mundo. Del mío, al menos.

PD: Cada palabra aquí escrita es totalmente cierta.



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