jueves, 23 de octubre de 2014

Se quieren.


Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.


viernes, 17 de octubre de 2014

jueves, 9 de octubre de 2014

Ella.

Ella es un misterio de seda, un escándalo de tejados no apto para propensos a

marearse en las alturas.

Verla comer con apetito de náufrago, oírla reír o gemir como mil primaveras,

saborearla hasta el exceso.

Tocar, de su misterio, el terciopelo.

O que te mire como ella mira, te vea guapo y se te borren de la cara todas las

derrotas reales o imaginarias.

Cuando se agarra a mí como a un tablón en alta mar. Y en realidad me está

salvando.

No sé por qué le llaman polvo, si con ella es luz y fuego y aire, y la tierra queda

siempre tan abajo.

Ella está hecha de un material tan especial, que te cambia la

vida cuando la tocas.

Abrazarla desnuda es como bailar en el aire, sin más música que la que vamos

improvisando al respirarnos.

Abrazarla, desnuda, es remar contra el tiempo y ganarle.

Ella tiene un sólo defecto: Yo.



Y hasta eso le queda bien.


Hago míos estos versos de Carlos Salem por motivos evidentes.

:)

Estoy rodeado de gente tan genial x)

Gracias.

domingo, 5 de octubre de 2014

Explosión de sentimientos.

Nunca un título fue tan descriptivo. Así me siento cada vez que Ella cuelga la llamada de Skype:


Asdfghjklñ.