lunes, 20 de enero de 2014

Amante.

Hoy no tengo el día inspirado para escribir, más para dibujar en realidad. Pero me apetece escribir, así que comparto estas palabras que he leído vía el FB de Luis:

Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:”Depresión” y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más
A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición: Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby…En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.
¿Y qué es durar? – Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista… de la vida. Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante…
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:
“Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida”.
 
Jorge Bucay
Pues sí, lo que dice Jorge es cierto. Y le quiero dar las gracias a Ella por ser más que mi novia. Por hacer que yo no "dure". Que cada día me levante con una sonrisa. Por hacerme dormir y por quitarme el sueño. Por ser mi amante.

lunes, 6 de enero de 2014

Bonus Track!

Terminemos este día bien. Ella lo ha encaminado con el ratito de Skype, ya sólo tengo que dar los últimos retoques para equilibrar del todo la balanza y compensar todas las horas transcurridas desde las once y pico de la mañana hasta las doce de la noche. ¿Cómo se hace eso? Muy fácil:

Ésta, porque evitaría suicidios:


Y éstas, porque me recuerdan a Ella:



Hala, y viendo tus ojos hasta por dentro cuando cierro los míos, me voy. Buenas noches!

Ay, la cultura.

En esta mi segunda entrada de hoy (dos en una noche, estoy on fire!) voy a contaros una pequeña cosa bastante personal. Ahí va:

Hay veces que me siento muy inculto.

Qué shock, eh. Pues sí. No me malinterpretéis, sé que no soy precisamente una ameba cultural. Pero hay veces que no puedo evitar esta sensación de... no sé. "Inferioridad" suena muy feo. Podría ejemplificarlo con un videojuego (que de eso sé un rato). Imaginad un juego online hipotético. Entras en una sala. Vas a jugar. Eres de un nivel decente, ponle 50. Pero amigo, te has metido en una sala de niveles 70, 80 y hasta 100. Por muy bueno que seas no vas a poder evitar sentirte un poco fuera de lugar. 

Sé que queréis ejemplos reales. En realidad me pasa muchas veces. El más reciente fue ayer. Una notificación de Facebook. "Tu amigo Javier Revello te ha etiquetado en una publicación". Entro y veo que ha puesto una lista de diez libros que le han marcado de alguna manera y pide a todos los etiquetados (entre ellos yo) que hagan lo mismo. De los libros de Javi, no los conozco todos, pero no es algo que me alarme (todos sabemos que a Javi le va mucho lo hipster y las cosas que conocen él y tres gatos más). De hecho, los conozco casi todos, y me he leído dos o tres. Peeeero esos dos o tres tampoco me han parecido libros que "marquen". Pero bueno, es Javi, como ya he dicho, no me preocupa. El problema es cuando veo los comentarios y veo a más gente poniendo libros de la misma "altura", por decirlo de alguna manera. Y pienso en mis libros favoritos, o los que me han marcado. 

Se me vienen a la cabeza, así de pronto, Harry Potter, Canción de Hielo y Fuego, Crónica del Asesino de Reyes, Sherlock Holmes, y ya si me quiero poner de culto y de guay en todo caso Frankenstein de Mary Shelley. Y bueno, no sé cómo sentirme ante eso.

Supongo que en realidad no es para tanto, no es algo que me inquiete en exceso, la verdad, pero tampoco me convence mucho sentirme así de vez en cuando. Creo que por eso lo he escrito aquí, tiene la dosis justa de intimidad como para ser relevante, pero no la suficiente gravedad como para no ponerlo en un lugar "público". En fin, no pasa nada. Las inseguridades están a la orden del día para todos, ¿verdad? En realidad, ahora que lo he escrito no me parece tan relevante ni tan digno de mención, pero ya que está escrito lo dejo, hala, así tenéis lectura para un ratito ;)

Crónica de un día.

Decir que hoy no ha sido un buen día no sería del todo justo. No lo sería porque lo he empezado con Ella. Un día que empiezo despertándome en la cama con Ella no puede ser malo. Pero es lo que pasa cuando llega la señora Realidad acompañada de sus sobrinitos, Exámenes y Tiempo. Y ¿qué es lo que pasa? que la señora Realidad me da un revés en la cara, el pequeño Tiempo nos llama a los dos y nos dice que nos demos prisa, y Exámenes se la lleva a su casa forzosamente mientras Realidad me sujeta para que no la secuestre. Cuando tres monstruitos de esa calaña te tienden una emboscada así, es normal que el día se tuerza un poco. ¿No?

El resto del día ha sido bastante peor. Muy bloqueado en la escritura, he avanzado en el trabajo de Crítica a trompicones. Unas cuatro páginas en toda la tarde. Me consuelo a mí mismo diciéndome que era la parte más difícil y larga del trabajo y que mañana por la mañana podré terminarlo y empezar el siguiente por la tarde. Dios, cómo la echo de menos.

Me dan las nueve y media y decido dejarlo, que me escuecen los ojos. Me doy una vuelta por mi casa y vuelvo pasados cinco minutos. Llegados a este punto es importante añadir que llevaba todo el día esperando a las 22:00, momento en el que empezaría el capítulo de Sherlock, o lo que es lo mismo, una forma de arreglar el día junto al Skype con Ella por la noche. Espera. Espera. Hace cinco minutos Vico ha dicho que empezaba ya el capítulo. En efecto, hoy era a las 21:30. Mierda. Empiezo a verlo y el streaming no me ayuda. Se para y se para y decido cambiar de canal, a ver si en otro funciona mejor. Entro en otro streaming y tiene mucha más calidad, pero se para igual. Que le den. No voy a ver el capítulo así. De modo que me tomo los cereales que había preparado en sagrado ritual para ver el capítulo mientras veo vídeos en Youtube, y hago tiempo mientras espero al mejor momento del día desde que Ella salió por la puerta: Skype. Sobre el skype de hoy no tengo más comentario que, como dice la canción, "baby, even on our worst nights, I'm into you" (que no es que haya sido mala la noche, ni muchísimo menos, pero asumo que captáis el mensaje).

Y ahora estoy en la cama sin sueño, sin Ella y sin capítulo. Así que me da por escribir. Este va a ser un mes chungo. Pero bueno, al menos si consigo mi objetivo podré estar ahí con Ella para animarla desde bastante pronto, y eso, amigos, vale la pena.