miércoles, 29 de agosto de 2012

":)", o ranita.

Me hace feliz. Me dibuja sonrisas en la cara. Eso, eso es difícil de dibujar, y no los garabatos que yo hago. Gracias, a la vida, al destino, a filología, a lo que sea, pero gracias por ella. Y gracias a ella, por todo lo que hace.

Ya está, ya vuelvo a escribir una entrada (pequeña) solo para esa gran personita... pero se las gana a pulso. Estas, y más.

Para cuando lo leas, que sé que lo harás, te quiero. Que lo sepas. Y necesito que llegue ya ese día 18, como la Tierra Prometida, para tener tiempo para ti, porque tú eres la mejor forma de emplear mi tiempo.

(Y sí, son ranitas).

:)

lunes, 20 de agosto de 2012

Pensamientos nocturnos.

Me acostumbro a estar con ella demasiado rápido. Apenas 30 y pico horas hemos estado juntos este fin de semana y ya se me hacen raros los días sin Esther. Los días raros. No puedo escribir mientras escucho Vetusta, está claro. Por qué, os preguntaréis. Porque cada vez que lo hago acabo escribiendo inconscientemente mutaciones de letras vetusteras, y eso no puede ser. Así que cambio a música de fondo menos inspiradora y sobre todo en otro idioma, y a teclear.

Y pienso en ella. Que no sale de mi cabeza. Que la gente me veía ilusionado y decía "pero eso es el primer mes..." o "ya se te pasará la moñez..." (vale, tal vez no con esas palabras, pero la idea es la misma). Y no es así. Al contrario. Cada momento, cada día, cada mes que paso con ella me enamora más. Es lo mejor, simplemente, y he querido dedicarle una entrada completa porque no se lo digo lo suficiente. Y porque se la merece. Se merece esto y más. Y como mi blog lo lee poca gente, pues esa mini-privacidad que tengo me impulsa a escribir.

Han sido dos días estupendos. Geniales. No busco más sinónimos porque no sirven de nada. En realidad no soy capaz de describir con palabras lo que me hace sentir, supongo. Los momentos buenos y los malos, los besos y abrazos y los piques (porque consigue picarme cuando se lo propone, a mi pesar), las conversaciones absurdas (como mis batallitas) y las profundas... no cambiaría ninguno de esos momentos por nada del mundo. Puede parecer que exagero, o que estas cosas las digo por decir, pero lo gracioso es que no es así. Yo vivo por días como estos dos últimos, y desde el momento que me subí al autobús de vuelta estoy deseando volver a verla. Nunca tengo suficiente de esta señorita.

Y nada, aquí me hallo, como siempre que escribo, a las tantas de la noche y sin sueño. Con mi pulsera nueva, que mola. Escuchando música con mis auriculares, que molan. Pensando en ella, cosa que hago bastante, pero hoy, además, me ha dado por escribir lo que pienso, y este es el resultado. Será moñas, será no apto para diabéticos, pero es lo que hay. Solo me salen elogios cuando hablo de ella, y os ha tocado aguantarme ;)

PD: quiero poder controlar el tiempo.

lunes, 6 de agosto de 2012

Mr. Brightside

Me gustaría mucho ser Mr. Brightside, pero la verdad es que hay ocasiones en las que entro en mi temido "bucle de negatividad" y soy una de las personas más insoportables del planeta. Sin embargo, ahí estás tú, sin perder la paciencia, para calmarme y recordarme que tengo muchos motivos por los que sonreír. No tengo ni que decir el mérito que tiene eso.

De modo que aquí estoy. En la cama. No puedo dormir, así que escribo. Me duele todo el cuerpo del trabajo (hoy ha sido matador), ando irritado (eufemismo) por el asunto de ese señor, y la echo de menos. Sobre todo, la echo mucho de menos. Pero recuerdo los amigos que tengo, a los que ya les he dedicado alguna entrada del blog. Recuerdo la recompensa a tanto trabajo. Y por encima de todo, recuerdo que pronto la veré de nuevo y, si se alinean los astros, a mediados de mes también. Así que bueno, con todo eso, no puedo estar negativo.

...¿Os dais cuenta de que solo escribo cuando no puedo dormir? Qué malo es el insomnio.