miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mis oraciones.

Hay gente que todas las noches, antes de dormir, ora a su dios y le da las gracias por todas las cosas de las que disfruta en su vida. Sin entrar a cuestionar estas actitudes, la verdad es que yo, si bien no agradezco a ningún dios las cosas buenas de las que disfruto, todas las noches me acuesto con un sentimiento de gratitud y felicidad que arde en mi pecho como un volcán en erupción. Y es que mis oraciones particulares son para ti, para mi única diosa, para quien se ha convertido en mi principal fuente de buenos sentimientos, que me enseña la que es probablemente la lección más importante que puedo aprender: amar y ser amado. Y en estas "oraciones" o confesiones, o como quieras llamar a ese fuego que avivas en mi interior, no hago más que agradecerte aquel tres de mayo en el que comenzaste el mejor viaje en el que me he embarcado.

No puedo esperar a seguir viajando contigo.

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